Por: Julián Andrade 05/12/2025 08:20:00

Lo que es rutina en Estados Unidos, el establecer acuerdos con delincuentes en función de obtener información que ayude, en teoría, a detener a otros delincuentes todavía peores, se puede convertir en un dolor de cabeza para las autoridades en México. Como en pocos momentos, en cárceles al norte del río Bravo se encuentran personajes que pueden, si les conviene, a ellos o a la DEA, contar historias realmente explosivas.

Esto es así porque lo que tienen que decir no se refiere a un pasado remoto, sino a las urgencias de un presente más que escabroso. La cereza de ese pastel sería la revelación de organigramas que describan todas las complicidades, las sociedades y las redes de protección con las que contaron, pero, sobre todo, la posibilidad de

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