Nuevas excavaciones en la villa de Civita Giuliana, a las afueras de Pompeya (sur), han descubierto restos de legumbres y fruta que formaban parte de la dieta de los esclavos romanos, confirmando que, en algunos casos, su alimentación era más completa que la de ciudadanos libres de la época.

En uno de los ambientes del primer piso del barrio servil se han encontrado ánforas con habas, una de ellas semivacía, y un gran cesto con peras o manzanas, según informó el Parque Arqueológico de Pompeya en un comunicado.

Estos alimentos se sumaban al grano, base de la dieta, y aportaban proteínas y vitaminas esenciales para mantener en condiciones a hombres, mujeres y niños reducidos a la esclavitud, que vivían en pequeñas celdas de unos 16 metros cuadrados con hasta tres camas.

La conservación de

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