A los 40 años, Ginny Pruet , decidió regresar al hogar donde creció para acompañar a su abuela, hoy de 90 años, en una etapa marcada por cambios de salud y nuevas demandas de cuidados.
Para ella tuvo sentido volver al dormitorio de su infancia, un espacio que describió así a Business Insider : “hace poco más de dos años, me desperté en el dormitorio de mi infancia por primera vez en más de tres décadas”. Allí comenzó una convivencia que retomó rutinas compartidas durante su niñez.
Su decisión estuvo guiada por la lógica emocional y por su situación personal. Al ser soltera, sin hijos ni hipoteca, identificó que la mudanza era una opción viable y directa. Así retomó una relación que siempre consideró central en su vida adulta.
“Me mudé con mi abuela porque era lo más lógico para mí”

Clarín Estados Unidos

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