Entre la emocionante interpretación de Nessun Dorma a cargo de Andrea Bocelli y la aparición del trofeo en el escenario entre las manos enguantadas de Lionel Scaloni , el seleccionador argentino del vigente campeón, la ceremonia del sorteo registró el paréntesis político que se esperaba con el homenaje de la FIFA a Donald Trump . Una genuflexión en toda regla por la concesión del primer Premio de la Paz al máximo mandatario de Estados Unidos, el anfitrión del certamen, parcial y desigualmente compartido con Canadá y México.

Gianni Infantino, el presidente de la FIFA , hizo una alabanza de Trump con los dos principales méritos acreditados para merecerse el galardón. Por ser de aquellas personas "que aman el fútbol " y que "se comprometen con la paz y la unidad en el

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