En la acústica envolvente de la sala grande de la Filarmonía de Berlín, los sonidos que coordina la batuta de Jordi Savall se elevan ante un público con fama de exigente. El gran maestro catalán de la viola da gamba, visionario entusiasta de la recuperación activa del repertorio antiguo y uno de los directores más relevantes del panorama internacional, debuta al frente de la orquesta titular, la más que prestigiosa Filarmónica de Berlín, que ha querido rendirle homenaje en tres conciertos. Les escuchamos el jueves, sus notas resonaron también esta noche, y volverán el sábado: largas salvas de aplausos y ovación en pie de una audiencia experta en el oído crítico.

Una elegante austeridad y economía de movimientos caracterizaron la dirección del maestro Savall desde el podio, mientras las cu

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