El Fondo de Adaptación, una entidad históricamente técnica y de bajo perfil, se convirtió en los últimos meses en uno de los epicentros de poder más disputados dentro del Gobierno.
Su creciente relevancia, alimentada por los billonarios recursos que administra. Las alarmas ya llegaron a la Fiscalía, a los órganos de control y a la propia Casa de Nariño.
Y es que, la salida de Carrillo abrió una nueva etapa marcada por movimientos políticos dentro del Fondo. El primer nombre que apareció fue el de Johan Steven Londoño , hoy subgerente de proyectos, quien —según reveló El Espectador — direccionó millonarios contratos hacia aliados de su suegra, la senadora Berenice Bedoya (ASI) .
A la gerencia llegó después Katherine Rojas , a quien Carrillo señala de intentar destrabar pagos a

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