Fue un momento movilizante. En la ceremonia del sorteo del Mundial que desarrolló en el Centro John F. Kennedy de la ciudad de Washington en Estados Unidos el entrenador de la selección argentina Lionel Scaloni, vigente campeón ecuménico, ingresó al escenario con el trofeo obtenido en 2022 en Qatar, para entregarlo simbólicamente a la Fifa para que se ponga en juego nuevamente dentro de seis meses. Es como que copa se "fue de las manos", pero ahí mismo empezó el sueño de repescarla.
El pujante irrumpió con guantes blancos y emocionado, para enseguida expresar que “intentaremos seguir compitiendo en el próximo Mundial y no dar nada por perdido”. Tiene el mismo anhelo de todo un país de que la copa más brillante del mundo vuelva a las manos del gestor de la gloriosa Scaloneta. Luego com

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