El 4 de abril de 2025, en un apartamento del barrio Rosales, en el norte de Bogotá, tres estudiantes del colegio Los Nogales se reunieron a compartir un rato de juego y cocinar galletas. En medio de la tarde, un domicilio con un frasco de frambuesas achocolatadas que, según las indicaciones del mensajero, eran un regalo para la familia , llegó a la casa. Aunque las menores se negaron a recibirlo, el domiciliario insistió en que el paquete fuera recibido, tal cual la instrucción de la remitente. Nadie sospechó nada raro.

Las niñas probaron las frutas. También lo hizo un joven de 21 años que las acompañaba –hermano de una de ellas–. Para la madrugada del día siguiente, todos presentaban síntomas como vómito, náuseas o un dolor abdominal difícil de explicar.

La familia decidió llevarlos a

See Full Page