No importa el año ni la ciudad. Al menos en España las Navidades suelen llegar acompañadas de una serie de imágenes que se repiten diciembre tras diciembre, de forma invariable: calles llenas de leds de colores , balcones en los que empiezan a asomar papanoeles y demás ornato navideño, escaparates en los que de repente predominan los colores dorados, plateados y rojizos… y salones de casa en los que de la noche a la mañana brotan árboles llenos de espumillón y guirnaldas.
Año tras año se repiten también las mismas preguntas: ¿mejor árbol natural o artificial? Y sobre todo… ¿Qué diablos hacemos con él después de Reyes, cuando toque recoger la decoración? ¿Dónde lo guardamos, si ya tenemos el trastero hasta arriba? Hay quien ha visto en esas dudas un negocio prometedor.
Pendientes

Xataka

America News
AlterNet
Atlanta Black Star Entertainment
RadarOnline
The Conversation