El jueves en la noche no fue un juego, fue un murmullo que se volvió grito. El anuncio había corrido como pólvora durante todo el día, pero nadie terminó de creerlo hasta verlo salir del dugout. Salvador Pérez con el uniforme del Caracas no era una noticia, era un acontecimiento.

Casi seis mil personas fueron testigos en esa primera noche de algo que no se repite con facilidad, de algo casi insospechado, un futuro miembro del Salón de la Fama, consagrado, con contrato millonario en las Mayores, uniformándose en el invierno. De puro gusto, solamente de puro gusto.

Esa noche del jueves 4 de diciembre de 2025, la gente no fue solo a ver beisbol, fue a confirmar que todavía pasan cosas grandes en un país de certezas rotas. Salvador Pérez entró al terreno sin aspavientos. Caminó como caminan

See Full Page