En muchos territorios agrícolas del país, el suelo muestra señales claras de desgaste: materia orgánica en retroceso, estructura debilitada y la necesidad de recurrir a insumos costosos para sostener la productividad.

En ese escenario, un equipo del INTA y del Conicet decidió mirar hacia un recurso abundante pero subutilizado — el compost local— y transformarlo en algo nuevo. Así nació Biopellet, un biofertilizante pelletizado que sintetiza buena parte de las preguntas actuales sobre cómo producir más y mejor sin alejarse de los límites del ambiente.

La propuesta combina simplicidad técnica, insumos regionales y una mirada de economía circular que lo coloca como una herramienta concreta para productores de Cuyo y otras zonas.

De residuos agroindustriales a un insumo de valor para

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