La princesa Aiko de Japón, única hija del emperador Naruhito y la emperatriz Masako, cumplió 24 años este lunes y su creciente visibilidad a raíz de su primer viaje oficial en solitario a Laos ha reabierto el debate sobre el estatus de las princesas japonesas en la línea de sucesión al trono del Crisantemo. En el país se mantiene vigente la ley sálica, una de las últimas monarquías constitucionales que la conservan.

El asunto incluso fue criticado por Naciones Unidas a principios de este año, y el reciente hito que supone la elección de Sanae Takaichi como primera ministra en un país con férreas estructuras patriarcales tampoco parece que vaya a cambiar la situación. Takaichi se opone a revisar las normas que rigen la casa imperial japonesa, y en concreto la cuestión sucesoria. En este se

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