En los últimos días, el espacio aéreo venezolano se ha ido vaciando hasta convertirse en un cielo sin aviones. Las restricciones de EE.UU. a los vuelos que circundan el país han dejado a Venezuela prácticamente desconectada. La conexión con Europa está virtualmente clausurada y las rutas que aún siguen operativas alcanzan muy pocos sitios. Bogotá y Panamá eran hasta este fin de semana algunos de esos lugares. Los expertos advierten que este “cierre de cielos” de facto ya ha dejado varados a miles de pasajeros y que serán muchos más los afectados con la llegada de la temporada navideña.

Aunque la retórica del gobierno chavista lo niega, el resultado ha sido que Caracas se ha quedado casi sin vuelos internacionales a las puertas del fin de año, un dato no menor para un país con casi och

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