Lo bueno de los animales es que ni hablan ni protestan ni se ofenden, así que podemos colgarles el muerto tranquilamente sin temor de que nos contradigan. Antes de conocer que había sido el error de un laboratorio , todos dimos por buena la versión según la cual el Covid se propagó por culpa de un pangolín, animal del que, por cierto, yo no había oído hablar en mi vida.
Un pangolín que vivía tan tranquilo en la lejana China, se convirtió en el máximo responsable de una pandemia que se llevó por delante a centenares de miles de vidas humanas. Y claro, como los pangolines no están ni sindicados ni organizados en asociaciones, no tenían ningún representante que saliera a defender al pobre bicho, así que todos nos creímos esta versión y el animal cargó con toda la culpa.
Me huelo que lo

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