A lo largo de sus más de 50 años en la guerra contra las drogas, Estados Unidos ha buscado fórmulas, en algunos casos creativas e incluso extremas, para cortar de raíz el flagelo. Un reportaje reciente del diario The Washington Post puso la lupa en uno de esos momentos al revelar que, durante más de una década, la CIA ejecutó un programa secreto en Afganistán destinado a sabotear el mercado de la heroína desde su origen.

La operación, activa entre 2004 y mediados de la década de 2010, consistió en arrojar desde el aire semillas de una variedad de amapola diseñada para producir flores con un contenido mínimo de morfina.

El objetivo, según el Post, era que esas plantas se mezclaran con las existentes y redujeran gradualmente la potencia del opio afgano, con el fin de minar la economía de l

See Full Page