Este 7 de diciembre, el departamento del Cauca recibe la Navidad con una dualidad que desgarra y esperanza a la vez.

Mientras miles de familias en Popayán y las cabeceras municipales salen a las calles para iluminar la noche en honor a la Inmaculada Concepción, en las zonas rurales del Cañón del Micay, el norte del Cauca y el macizo, el encendido de cada vela tiene un significado urgente: es un ruego por la vida. En un año marcado por el recrudecimiento de los enfrentamientos entre grupos armados ilegales y la Fuerza Pública, la tradicional celebración se transforma hoy en un grito silencioso que exige el cese de la violencia.

La situación de orden público en el departamento ha alcanzado puntos críticos en las últimas semanas. Según reportes de organizaciones de Derechos Humanos y la Def

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