Los reality shows se han convertido en una de las principales fábricas de celebridades en Colombia. Programas de convivencia, talento y supervivencia han dado origen a figuras que, en cuestión de semanas, pasan del anonimato a ocupar titulares constantes en la prensa de espectáculos.

Este tipo de formatos no solo entretienen, sino que construyen narrativas emocionales intensas que generan seguidores fieles y detractores apasionados. El resultado es una fama instantánea que puede ser tan poderosa como efímera. Muchos participantes logran capitalizar su exposición mediática, mientras otros desaparecen rápidamente del radar público.

La farándula colombiana se alimenta de estos fenómenos, donde cada conflicto, reconciliación o polémica se convierte en contenido. Expertos advierten que este m

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