El 28 de diciembre de 1990 el septentrión peninsular acogió un parto furtivo. En un remoto pabellón de Carballo un grupo de mujeres viste por vez primera el escudo del castillo, el león y la granada. Su rival es una paradoja. La selección gallega la antecede y la alimenta. El Sal Lence y el Meirás,

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