Kataklysmos, del griego, significa “gran inundación” o “destrucción repentina”. Es el nombre con el que se bautizó a unas estrellas del cielo que mostraban variaciones de brillo muy violentas y sobrevenidas repentinamente.

Fue en los años setenta cuando se entendió que estas estrellas variables no eran en realidad una sola estrella, sino un par de ellas. De hecho, una estrella viva y una estrella muerta: una enana blanca. Las enanas blancas son los ‘cadáveres’ que deja una estrella como el Sol al morir. No son tan densos como sus parientes, las estrellas de neutrones y los agujeros negros (núcleos de las estrellas masivas), pero no se quedan muy atrás. Tienen una masa similar a la del Sol y un tamaño similar al de la Tierra.

A la enana blanca la acompaña una estrella similar al So

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