En tiempos donde pareciera que el éxito se mide por la magnitud de los logros y la cantidad de aplausos que recibimos, una frase vuelve a abrirse paso con la misma fuerza que hace décadas, recordándonos lo esencial. , mujer símbolo de entrega y compasión, dejó un mensaje que hoy resuena con más urgencia que nunca: " No todos podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con gran amor".

Una sentencia sencilla, casi suave, pero capaz de desmontar la ansiedad contemporánea por "ser grandes", "hacer historia" o "trascender". En un clima social donde muchos sienten que no llegan, que no brillan, que no destacan lo suficiente, esta reflexión devuelve al centro una verdad humana: el valor no está en el tamaño de la acción, sino en la intención que la impulsa.

Una visión humilde que se c

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