Unas 30.000 aves mueren cada año en España, electrocutadas o al colisionar con infraestructuras eléctricas, lo que convierte a los tendidos en la principal causa de mortalidad no natural para la avifauna del país. Así lo denuncian desde SEO/BirdLife, que advierten de que esta cifra está muy por debajo de la realidad debido a la falta de seguimiento sistemático de miles de kilómetros de líneas eléctricas.

Según explica la técnica de SEO/BirdLife, Sara Cabezas, muchos tramos de tendidos no son inspeccionados ni por las compañías eléctricas ni por sus propietarios, que en algunos casos son particulares. Esta ausencia de vigilancia provoca que numerosos casos de electrocución o colisión pasen desapercibidos, ya que los cadáveres pueden desaparecer rápidamente por la acción del clima o de anim

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