Ocho meses de angustia vivieron dos familias que buscaron a sus muchachos sin descanso, aferrándose a la esperanza de verlos volver con vida. Recorridos por hospitales, estaciones de Policía y Medicina Legal… nada. Hoy, lamentablemente, lo único que queda son los restos de estos dos jóvenes. Con el corazón en pedazos y la fe resistiendo...

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