Ayacucho es una región que supo resistir el abandono y la violencia, y que ha levantado su voz cuando el poder cruzó límites intolerables. Por eso, la pregunta es directa y urgente: ¿Qué tipo de defensa merece hoy este pueblo? La respuesta dista mucho de lo que observamos en ciertos liderazgos que se presentan como voceros del “pueblo”, pero que, en la práctica, han optado por alinearse sin matices con quienes hoy se encuentran en el poder: por buscar un trabajo o por intereses personales.

Cuando quienes dicen representar a la ciudadanía respaldan casi incondicionalmente a unos peros se muestran en contra de otras autoridades, realmente es una forma que condiciona la propia existencia de un horizonte de política clara. No la politiquería, sino aquella acción que responde al interés colect

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