En diciembre de 2020, mientras el mundo atravesaba una de las épocas más frías en términos afectivos, un psicólogo mendocino decidió encender una chispa. Lo que surgió como una idea sencilla —llevar una torta a un merendero para que los chicos pudieran celebrar los cumpleaños y pedir tres deseos — se convirtió, cinco años después, en una corriente de amor comunitario que no deja de crecer. Hoy, “Pedí tres deseos”, la asociación civil creada por Mauricio Mantineo, celebró a pura solidaridad su cumpleaños número 500. Un número que parece enorme, impensado, pero que detrás guarda cientos de historias mínimas: velitas encendidas, manos que se unen y abrazos que curan.

“Empezamos en 2020 a hacer esto y ahora, ya en el quinto año, estamos cerrando con la celebración de los 500

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