Cada año, aproximadamente un tercio de los alimentos producidos para consumo humano se pierde o se desperdicia. Detrás de cada alimento que termina en la basura hay recursos, trabajo, agua, energía, emisiones, y una oportunidad perdida de nutrir.

El contraste es doloroso: mientras en muchos lugares del mundo el acceso a la comida es limitado, en otros se tiran toneladas. Este desequilibrio ha impulsado a personas como Ignacio Escolano y Mercedes García a dedicar su trabajo —y buena parte de su vida— a visibilizar esta problemática y a utilizar la tecnología como herramienta de cambio.

¿Qué recorrido queda por hacer en la lucha contra el desperdicio?

Aunque parezca increíble, aún no sabemos cuánta comida se desperdicia realmente.Los países, sectores y entidades aplican metodologías difer

See Full Page