Seguramente, muchos pampeanos armaron ayer el arbolito de Navidad, el primer paso de los preparativos para la Noche Buena, aunque en muchos casos resulta una verdadera complicación pensar cuál es el mejor lugar para ponerlo y que quede lejos de las mascotas, más precisamente, los gatos.

Suele suceder que en algunos hogares hay uno, por no decir varios, gatos. Un insólito pero determinante enemigo de la principal decoración navideña. A estas mascotas les encanta pasearse entre las ramas, golpear los adornos, jugar con las luces y no dejan de insistir hasta derribar los arbolito.

¿Esto significa que los gatos “odian” los arbolitos de Navidad?

En verdad no es una cuestión de odio. Es decir, los gatos los seducen los objetos brillantes y coloridos, objetos que estimulan sus instintos depred

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