Resoplaban los jugadores del Atlético cuando el árbitro pitó el final del partido . El equipo de Simeone se había quitado todos los complejos de golpe. Había remontado fuera de casa y con un gol Julián Álvarez , que no marcaba fuera del Metropolitano desde el primer partido de Liga. Además, con una autoridad desacostumbrada en territorio ajeno.

Todo pareció a punto de desmoronarse con el gol de Pepi a falta de cinco minutos, que se hicieron interminables. El partido acabó con el PSV lanzando un córner que no acertó a rematar. En los jugadores del Atlético se mezclaba la alegría con el alivio.

Pero nada de eso borra todo lo bueno que hizo el Atlético, que supo sobreponerse a un comienzo complicado. Los primeros minutos del encuentro transmitían más temor que esperanza. Driouech apr

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