La condena contra el exministro de Economía de Cuba, Alejandro Miguel Gil Fernández, ha desatado una ola de reacciones que trascienden la esfera política y alcanzan incluso el ámbito familiar. La voz más esperada provino de su hermana, María Victoria Gil, quien, en una entrevista que concedió al periodista cubano Mario J. Pentón en la cual reconoció que su hermano incurrió en irregularidades, pero aseguró que su responsabilidad es mínima en comparación con la de otros altos funcionarios que continúan en sus cargos. Sus declaraciones avivaron un debate sobre la opacidad del sistema judicial cubano y las pugnas internas en la élite del poder.

“Es un corrupto menor”: la declaración que encendió el debate

María Victoria Gil sorprendió al admitir que su hermano cometió faltas, pero matizó que

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