El Sureste mexicano está viviendo una transformación silenciosa pero poderosa: el nearshoring. Este modelo, derivado de la relocalización de cadenas productivas hacia destinos más cercanos y eficientes, está tomando fuerza en estados como Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Tabasco, donde infraestructura estratégica, conectividad internacional y crecimiento urbano coinciden con estabilidad y disponibilidad de talento.

La pandemia que tuvimos, las tensiones geopolíticas y la reconfiguración global de suministros han obligado a empresas a abandonar esquemas lejanos y vulnerables. México, por su proximidad a Estados Unidos, se volvió protagonista, pero el Sureste destaca porque ya no es sólo receptor turístico; ahora es generador de innovación, servicios tecnológicos, manufactura ligera y plat

See Full Page