La noche en el Camp Nou terminó y un gesto inesperado de Lamine Yamal , protagonista silencioso de un partido que exigió más paciencia que brillo. El extremo fue sustituido en el minuto 88, justo antes de que Balde también abandonara el campo, y su salida dejó una escena visible desde el banquillo: enfado y frustración mientras caminaba hacia la banda, consciente de que su saluida del partido llegaba en un momento en el que él buscaba participar en el tramo final. En un encuentro trabado, con el Eintracht replegado desde el primer minuto, Lamine había sido una de las pocas vías de desborde del Barça, pero la tarjeta amarilla que vio en el minuto 55, que le deja sin jugar contra el Slavia de Praga , y el esfuerzo acumulado empujaron a Hansi Flick a reemplazarlo.

El Barcelona, obligado

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