Respira el Atlético . Los de Simeone tuvieron que resistir el bofetón inicial y el vendaval final para validar los tantos de Julián Álvarez , Hancko y Sorloth . Los rojiblancos pudieron golear y acabaron arropando a Oblak y pidiendo la hora. No hubo golpe que les derribase. Qué manera de sufrir. Encuentra el Atlético su oasis de tranquilidad en la Champions , quién lo diría. La competición de los sabores más amargos de la su historia es ahora un ecosistema balsámico donde encuentran el oxígeno que les falta en Liga .

«Planteamos un partido de mucho trabajo. Nos encontramos con el 1-0 cuando habíamos tenido una situación clara. El partido lo estábamos haciendo como queríamos, pero pudieron meter ellos el segundo. El equipo empezó a crecer, nos pusimos al hombre en casi todo

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