El consumo de fibra dietética se ha consolidado como un elemento clave en la prevención de enfermedades cardiovasculares, el control metabólico y la salud digestiva. Aunque no siempre recibe la misma atención que otros nutrientes, la ciencia ha comprobado que aumentar su ingesta produce efectos duraderos y altamente beneficiosos en el organismo.

La fibra dietética, presente exclusivamente en alimentos de origen vegetal, se clasifica en dos grandes grupos: fibra insoluble y fibra soluble.

La fibra insoluble , encontrada en frutas, verduras, frutos secos y cereales integrales, favorece la regularidad intestinal y genera sensación de saciedad.

La fibra soluble , abundante en legumbres, semillas y bayas, se disuelve en agua y forma un gel que ralentiza la absorción de azúcares y contribuy

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