Redacción LTH

La puerta de la libertad se abrió para Juan Orlando Hernández en Estados Unidos el 1 de diciembre de 2025, gracias a un indulto presidencial de Donald Trump. Pero apenas una semana después, el 9 de diciembre, el expresidente hondureño se topó con el muro de la justicia local: el fiscal general de Honduras Johel Zelaya activó una orden de captura internacional por fraude y lavado de dinero, pendiente desde 2023.

Este giro dramático, en medio de la incertidumbre electoral en Honduras, recuerda que la impunidad transfronteriza tiene límites. Hernández, condenado en 2024 a 45 años por narcotráfico en Nueva York, salió de la prisión federal de Hazelton en Virginia Occidental, pero su paradero actual es desconocido. Su esposa, Ana García, reveló que permanece en un «lugar seguro»

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