El Tribunal Supremo ha hablado. Ha fijado una sentencia para la historia. En 185 folios, los magistrados dictaminan cómo Álvaro García Ortiz “o su entorno” filtraron un correo electrónico con datos personales de la pareja de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La Sala ha certificado que quien fuera número uno de la Fiscalía filtró el mail a un periodista “quebrantando” el “especial deber de reserva” que ha tener como miembro de la carrera fiscal. Los magistrados no tienen la prueba exacta de que fuese él quien lo hiciera pero si no fue García Ortiz, dio las órdenes para que se hiciera.

Dos magistradas no comparten este criterio y defienden, en un voto particular de 48 folios, que hay dudas razonables sobre su autoría. Es decir, que pudo ser él u otra persona. Esta sentencia es fir

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