En verano de 1997, un adolescente entraba en su casa de las Delicias de Zaragoza con una camiseta recién comprada en el rastro del último disco de su grupo favorito . Lo había hecho en su rebeldía de adolescente, pero conforme veía el momento de que sus padres la vieran ya no lo veía tan claro. No había vuelta atrás, su madre le vio con la camiseta de 'Iros todos a tomar por culo'. "Tiene un error ortográfico, se dice idos", le espetó su madre. ¿Tanto pánico para esto?, pensó el joven.

Extremoduro acababa de publicar su primer (y a la postre único) disco en directo con tan sugerente nombre al amparo del gran éxito que había cosechado un año antes con 'Ágila'. Un trabajo que disparó definitivamente a la banda como santo y seña del rock nacional y que consagró a Robe Iniesta co

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