CDMX.- Curiosa palabreja es «hinchahuevos». El adjetivo se aplica a quien es latoso, molesto, fastidioso. A esa nociva especie pertenece Jactancio Elátez, sujeto narcisista, ególatra y pagado de sí mismo. Estuvo con una sexoservidora en la habitación número 210 del popular Motel Kamawa. Terminado el consabido trance la mujer le preguntó: «¿Y el dinero?». Respondió, displicente, el hinchahuevos: «Ahí déjamelo, sobre el buró». Muy bien dice este sabio decir: «El poder apendeja a los inteligentes, y a los pendejos los vuelve locos». Puedo hacer míos los versos de mi poeta de cabecera, Ramón López Velarde: «No he buscado poder ni metal, / mas viví en una marcha nupcial». Y luego: «En mi pecho feliz no hubo cosa / de cristal, terracota o madera / que abrazada por mí no tuviera / movimientos hum

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