A fines de la década de 1970, Estados Unidos descubrió que un barrio entero podía convertirse en una advertencia. La tierra se llamaba Love Canal, un vecindario de clase trabajadora en Niagara Falls, Nueva York, donde las casas tenían patios prolijos, bicicletas en las veredas y escuelas cercanas.
Pero bajo esa postal tranquila había algo que nadie había advertido a sus habitantes. Baja la tierra de este barrio había 20.000 toneladas de desechos químicos tóxicos, enterrados décadas antes por la empresa Hooker Chemical.
El barrio que reveló lo que había bajo la tierra: decidieron no aceptar explicaciones fáciles de la industria
Love Canal había nacido sobre un vertedero industrial. Durante los años 40 y 50, la compañía había arrojado allí restos de pesticidas, solventes y subproduc

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