Antonio Raíllo es un verdadero Iron Man : quiere volver a jugar seis días después de ser operado de fractura de pómulo y de hecho ya está entrenando con el equipo. Si es por él está dispuesto a arriesgarse, a unque ahora la última palabra la tienen tanto el entrenador como sobre todo los servicios médicos. No se descarta que utilice una máscara protectora para evitar males mayores en la zona dañada.
Raíllo pasó por el quirófano el pasado domingo y el plazo de recuperación que se fijó fue de un mes, por lo que se le descartó como mínimo hasta comienzos de 2026 . Sin embargo, tal y como sucedió hace un par de años, cuando le recortó nada menos que dos meses a una lesión para la que le habían pronosticado un periodo de baja de cuatro meses, el capitán desafía toda lógica y quiere seguir jugando este mismo fin de semana.
Ante la situación, pese a la impulsividad del jugador, está claro que hay que sopesar con cautela los riesgos que puede suponer este regreso precipitado a los terrenos de juego, y eso es lo que va a suceder en las próximas horas. En primer lugar parece descartado que se le permita volver sin máscara protectora, e incluso en el caso de que disponga de ella la decisión se tomará en función de lo que los servicios médicos consideren más prudente, aunque está claro que si es por Raíllo no hay ninguna duda.
Arrasate permanece a la expectativa y está claro que hará caso a lo que le digan los doctores, aunque si le dan luz verde por supuesto que está dispuesto a alinear al que es uno de los jugadores más importantes de la plantilla. Además, el técnico se va a llevar la alegría del regreso de Leo Román, que ya está entrenando con normalidad.

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