Bahía Blanca es aquella ciudad que todos hemos sentido nombrar pero que muy pocos se animan a explorar en detalle. Está ahí, entre la pampa y el mar, y esconde historias sorprendentes, dignas de conocer.
El nombre que nunca tuvo sentido
Si tenías en mente playas de arena blanca, me temo que esto te decepcionará. El nombre proviene de la sal que se podía ver en las orillas del estuario cuando llegaron los primeros colonos en el año 1828. Ramón Estomba, el fundador, vio ese brillo blanquecino de las sales naturales y así quedó nombrada. Puede parecer un poco engañoso, pero esa es la verdadera historia detrás de su nombre. Si bien la ciudad no es el destino turístico más concurrido, tiene sus encantos y conocer más acerca de su historia es una oportunidad inmejorable para buscar pasajes a

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