El avance del cambio climático comporta que cada vez sea más habitual la aparición de fenómenos meteorológicos extremos y Catalunya no se salva de ellos. Los temporales de lluvia que provocan fuertes inundaciones son un ejemplo. De hecho, Tarragona ya lo sufrió el pasado octubre, donde calles de municipios se convirtieron en auténticos ríos. Para evitar estas situaciones, el Govern ha revisado el Pla d'Emergències per Inundacions a Catalunya (Inuncat) de Protecció Civil -no se hacía desde 2015- y ha determinado que 656 municipios tendrán que tener obligatoriamente un dispositivo de previsión y actuación (un 26% más), mientras que para el resto será una recomendación.

Hasta ahora, la obligatoriedad era solo para 521 localidades. Sin embargo, las consecuencias de los últimos temporales y la

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