La empresa de transporte implementó medidas de protección extremas mientras las extorsiones se disparan en Lima

La violencia criminal transformó el transporte público limeño en un escenario de guerra. Los trabajadores de Vipusa ahora manejan con chalecos antibalas y buses reforzados con placas metálicas tras el aumento de ataques extorsivos que golpean los corredores de la capital. La empresa asumió estos costos sin trasladarlos al pasaje, pero advierte que sin respuesta estatal estas medidas no frenarán la expansión del crimen organizado.

Blindaje improvisado como única defensa

El 70% de la flota de Vipusa ya circula con láminas metálicas instaladas en la parte frontal, puertas y cabina. Los conductores soldaron estas placas después de recibir mensajes directos de extorsionadores que e

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