Ciudad de México. Un perro llamado Rufo toma la palabra para narrar la historia de un ser humano que intenta recomponer sus pedazos.
En Los perros que salvaron mi vida , monólogo íntimo creado y actuado por Alan Blasco, la pérdida, el duelo y la ternura se entrelazan sin sentimentalismos. La última función se realizará este 13 de diciembre en El Círculo Teatral.
“No me gusta decir que perdí algo. Prefiero pensar que son adioses terrenales y que habrá un reencuentro”, dijo en entrevista el autor, para quien la obra nació de un momento especialmente doloroso.
La mirada del perro funciona como un escudo y una revelación. Blasco explicó que el desafío fue sostener la narración desde la inocencia.
“Lo más complejo fue escribir desde la voz de un perro. Me apoyé en datos científicos. Un pe

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