El guardameta colombiano Álvaro Montero atraviesa semanas clave para definir el rumbo de su carrera. Su llegada a Vélez Sarsfield, concebida como una oportunidad para ganar continuidad, sumar protagonismo y mantenerse en un entorno competitivo como el fútbol argentino, terminó convirtiéndose en un ciclo opaco: pocos minutos, escasa regularidad y un escenario lejos de las expectativas que acompañaron su llegada.

Esa falta de actividad también repercutió en su rol dentro de la Selección Colombia. Pasó de ser un arquero convocado con frecuencia a tener apariciones puntuales, como ocurrió recientemente ante la lesión de Kevin Mier. Con el Mundial 2026 acercándose, Montero sabe que recuperar ritmo competitivo es indispensable.

Un panorama que decidirá Vélez Sarsfield

Durante una breve es

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