"Esto es muy largo" , decía el miércoles Xabi Alonso, en una reflexión que en el fondo era un trampantojo de súplica. El mayor aliado que le queda al técnico vasco es el tiempo, a la vez su mayor riesgo, toda vez que su sumisión a la plantilla ha instalado una paz interna más de conveniencia de que de convicción . Vitoria, este domingo, es la siguiente estación del viacrucis de Xabi. Y podría ser la última .
En realidad, los tres partidos que quedan antes de Navidad son potenciales precipicios para el proyecto del tolosarra, mientras su amigo Álvaro Arbeloa gana fuerza como recambio. Perder en la visita al Alavés , una tercera derrota consecutiva en ocho días, sería intolerable. No digamos ya hacerlo el miércoles en Copa, ante un Talavera de Primera RFEF. Y aun con esas dos v

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