En Colombia, dominar una segunda lengua, especialmente el inglés, ha dejado de ser un simple valor añadido para convertirse en un verdadero diferencial al momento de competir por mejores empleos, salarios atractivos o posiciones de liderazgo. Actualmente, la elección de dónde y cómo aprender un idioma influye directamente en las posibilidades de crecimiento, y adquiere una importancia comparable a la de escoger una carrera universitaria.

Las demandas del mercado laboral global, la intensificación del intercambio académico internacional y la flexibilidad que exige el mundo digital ponen al aprendizaje de idiomas en el centro de los planes de desarrollo personal. Las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) lo reflejan: aunque una parte importante de la poblac

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