En miles de hogares argentinos, la yerba mate usada termina en la basura después de cada ronda. Sin embargo, un nuevo enfoque difundido por el especialista en bioconstrucción Maximiliano Sánchez propone darle un segundo uso a ese residuo cotidiano.
Su técnica, que se viralizó en redes sociales, transforma la yerba en una “masa verde” capaz de convertirse en una maceta biodegradable, creando una alternativa ecológica y accesible para el jardín.
El procedimiento es sencillo y requiere materiales habituales en cualquier casa: harina, yerba húmeda, yerba seca y un chorrito de vinagre. La preparación comienza con un engrudo, mezclando agua caliente y harina hasta obtener una pasta espesa. Esa base se coloca en un bol, donde se integran ambos tipos de yerba. El agregado de vinagre cumple un ro

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