A sus 91 años, Wilvida Andrade, conocida con cariño como “Viva”, no es solo una cantora tradicional: es un archivo viviente de la gaita de tambora, un legado sonoro que resuena en cada rincón del Sur del Lago de Maracaibo.

Nacida en Palmarito, municipio Tulio Febres Cordero del estado Mérida, “Viva” es hija de Bernabé Pirela y Antonia Benita Andrade. Desde niña, su vida ha estado entrelazada con el retumbar del cuero y la cadencia del verso improvisado, una herencia que no se aprende en libros, sino que se mama desde la cuna.

“Mi mamá me llevaba a los toques, y ahí fue donde aprendí. El verso me salía solo, como si el alma me lo dictara”, recuerda con una sonrisa que aún brilla con la fuerza de su voz.

Raíces que cantan

Wilvida comenzó a cantar a los doce años, en reuniones familiares

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