La emoción es intensa entre la multitud que participa en la Peregrinación de Los Favorecidos. Algunos ingresaron de rodillas al templo; otros, con lágrimas, agradecieron o pidieron la intercesión de la Madre de Dios. En su mayoría, recuerdan que desde niños sus padres o abuelos los inculcaron y llevaron a esta especial procesión.

Fueron numerosos los testimonios de fe, como el de la señora Angélica Bobadilla, quien llegó empujando la silla de ruedas de su hija, orando por el milagro de volverla a ver caminar: “Ya tengo muchos años viniendo y me motiva traer a mi hija para que pueda volver a caminar. Llego con mucha devoción y con la fe que nos impulsa a seguir con la Madre Guadalupe”.

La señora Leonarda Cruz Estrada, quien llegó desde la colonia Buenos Aires, señaló que peregrina desde n

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