La vía Panamericana, arteria estratégica que conecta a Cali, capital del Valle del Cauca, con Popayán, en el Cauca, y continúa hacia Pasto, en Nariño, se ha convertido en un corredor de pánico para quienes transitan por ella. Lo que alguna vez fue una ruta emblemática para la conectividad del suroccidente colombiano hoy es conocida, entre conductores, transportadores y comunidades, como la vía del terror.

Al menos diez secuestros exprés diarios en promedio y múltiples robos de camionetas 4×4 de alta gama han sido reportados en los últimos meses, muchos de ellos con víctimas que relatan haber sido obligadas a descender de sus vehículos y ser conducidas hacia zonas rurales controladas por estructuras armadas ilegales.

La responsabilidad –según fuentes oficiales y testimonios recabados en

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