Enrique Pérez Montero siempre ha sido un enamorado de la ciencia, especialmente de la física, por eso no lo dudó ni un instante a la hora de decidir qué estudiar. La carrera le fue llevando hacia la astrofísica, así que cuando descubrió, ya terminando sus estudios, que tenía retinosis pigmentaria, una enfermedad visual degenerativa, no pensó en que un día dejaría de ver las estrellas, sino que se dejó llevar y se fue adaptando.

Hoy día, 10 años después de quedarse completamente ciego, no solo se sigue dedicando profesionalmente a lo que gusta, sino que dedica gran parte de su tiempo a divulgar sobre astronomía como si todos fuéramos ciegos y a responder a una pregunta a que, a día de hoy, le siguen haciendo: ‘¿Cómo eres astrofísico si no puedes ver?’.

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